martes, 7 de septiembre de 2010

consecuencias: Dedicado a Hortensia

Hoy se produce como un vacío, un agotamiento, un cansancio. Es echar un vistazo a las portadas de la prensa  y comprobar el desconcierto que les produce este bajón de adrenalina. Tienen que tener tan alto el volumen de la máquina de gritar, que cuando ya se han cansado de vociferar una y otra vez sobre lo mismo se quedan así como un punto pasmados. De esa falta de objetivo se contagian los/las editorialistas, obedientes profesionales que siempre entienden su labor como una prolongación, más armada y razonada, de la primera página. Así, que si humo en la fachada, humo en la biblioteca. Hoy lo veremos. Pero eso no significa, claro está, que no tengamos para degustar algún rico bocado, dim-sum, empanadilla rellena de algún suculento manjar, porque ya saben que hay chicos del coro que van con retraso,  nosotros a nuestro aire.



Muchos mienten para ocultar sus verdaderas faltas y también para cubrir las apariencias y el resultado es una cataratas de mentiras que sólo terminan cuando se descubre la verdad.
Los cuentos antiguos tenían la doble finalidad de entretener y al mismo tiempo transmitir enseñanzas ancestrales.
Hace mucho tiempo, en China, había un sastre que vivía feliz con su trabajo.
Un día, pasó por su tienda un hombre con una joroba, que cantaba muy bien acompañado de un tamboril.
El sastre pensó que a su esposa le agradaría divertirse un rato y decidió invitarlo a su casa a cenar.
Entre risas ,canciones y cuentos picarescos, el jorobado tragaba grandes bocados con rapidez, entusiasmado por la atención que la pareja le dispensaba. Pero inesperadamente, se atragantó con una espina de pescado que le impidió respirar y cayó muerto.
Azorados por semejante accidente y sin poder hacer nada para revivirlo, ambos pensaron que estaban perdidos, porque nadie iba a creer que lo que había pasado había sido un accidente.
La mujer le propuso a su marido llevarlo a un médico que vivía cerca haciéndolo pasar por un enfermo grave. A su esposo la idea le pareció buena de modo que partieron los dos cargando al jorobado.
Los atendió la criada y le dieron a la mujer una moneda de oro de gran valor como anticipo, para que el médico atendiera el caso con urgencia y cuando ésta se dispuso a ir en su búsqueda, el sastre y su esposa aprovecharon para dejar el cadáver en medio de la escalera, huyendo después a toda prisa.
El doctor, entusiasmado por la valiosa moneda y creyendo que se trataba de gente rica, corrió a la puerta bajando precipitadamente las escaleras, tropezando con el muerto, que cayó con él hasta la puerta de calle.
Creyendo que el hombre que estaba enfermo había muerto por la caída, pensó que lo acusarían de asesinato, porque nadie creería que había sido un accidente, por lo tanto decidió deshacerse del cadáver.
Ayudado por la criada y su mujer lo dejaron deslizar con una soga por la chimenea del vecino, que era un mercader de aceites, con tanta suerte que cayó parado, quedando apoyado contra la pared como si estuviera vivo.
Cuando el dueño de casa lo descubrió oculto al pie de la chimenea creyendo que se trataba de un ladrón, tomó un palo y lo derribó de un fuerte golpe.
Cuando se acercó a él se dio cuenta que estaba muerto y creyó que él lo había matado.
Desesperado pensó que si encontraban el cadáver en su casa, la justicia lo juzgaría por asesinato, por lo tanto, decidió desprenderse del cuerpo.
Lo cargó sobre sus hombros, salió de su casa con la intención de encontrar una calle desierta y dejó el cuerpo del infortunado, arrimado contra una puerta, y huyó después a toda prisa.
Un corredor de mercancías que volvía a su casa después de haber estado con sus amigos en una taberna, se acercó a la puerta donde estaba el muerto; y como estaba ebrio, creyó que era alguien agazapado que quería robarle.
Justo cuando le estaba dando puñetazos, una patrulla que pasaba por allí lo vio y lo llevó preso y como no había testigos fue acusado de matar al jorobado, cargo que el corredor no pudo negar porque él le había pegado.
Fue condenado y cuando estaban a punto de ejecutarlo apareció el vendedor de aceite que gritando se declaró .
El corredor fue liberado y en su lugar el vendedor de aceite fue condenado. Pero cuando el verdugo se disponía a cumplir la condena, apareció el médico que desesperado se declaró culpable.
El vendedor de aceite fue liberado y cuando el verdugo iba a al médico, llegó el sastre chino, que sollozando contó toda la historia de la muerte accidental del jorobado, que por haberse tragado una espina había muerto ahogado, y que él se consideraba culpable por haberlo invitado.
Asombrado por la ocurrencia de tan curiosos hechos, el rey perdonó a todos y ordenó escribir la historia completa para que quedara para la humanidad un ejemplo más del valor de la verdad.


Javier Perez de Lema

Reporteros sin Fronteras

MENTIRAS MEDIATICAS; Dedicado a Hortensia

1. Vietnam (1964-1975):

Mentira mediática: El 2 y el 3 de agosto Vietnam del Norte atacó a dos barcos estadounidenses en la bahía del Tonkin.

Lo que supimos después: El ataque nunca existió. Fue una invención de la Casa Blanca.

Objetivo real: Impedir la independencia de Vietnam y mantener la dominación estadounidense sobre la región.

Consecuencias: Millones de víctimas, malformaciones genéticas (agente naranja), enormes problemas sociales.

2. Granada (1983):

Mentira mediática: Se acusa a la pequeña isla del Caribe de construir una base militar soviética y poner en peligro la vida de médicos estadounidenses.

Lo que supimos después: Totalmente falso. El presidente Reagan fabricó el pretexto de cabo a rabo.

Objetivo real: Impedir las reformas sociales y democráticas del Primer Ministro Bishop (que fue asesinado).

Consecuencias: Represión brutal y restablecimiento de la influencia de Washington.

3. Panamá (1989):

Mentira mediática: La invasión tenía por objeto detener al presidente Noriega por tráfico de drogas.

Lo que supimos después: Noriega era un producto de la CIA y reclamaba la soberanía del canal cuando acabase la concesión a USA. Intolerable para Estados Unidos.

Objetivo real: Mantener el control estadounidense en esta vía de comunicación estratégica.

Consecuencias: Los bombardeos estadounidenses mataron entre 2.000 y 4.000 civiles, ignorados por los medios de comunicación.

4. Iraq (1991):

Mentira mediática: Los Iraquíes habían robado las incubadoras de la maternidad de Kuwait City.

Lo que supimos después: Invención total de una agencia publicitaria pagada por el emir de Kuwait, Hill & Knowlton.

Objetivo real: Impedir que Oriente Próximo resista a Israel y consiga independizarse de EEUU.

Consecuencias: Innumerables víctimas de la guerra y después un largo embargo incluso sobre los medicamentos.

5. Somalia (1993):

Mentira mediática: Kouchner «sale a escena» como héroe de una intervención humanitaria

Lo que supimos después: Cuatro sociedades estadounidenses habían comprado la cuarta parte del subsuelo somalí, rico en petróleo.

Objetivo real: Controlar una región militarmente estratégica

Consecuencias: Al no conseguir controlarla, Estados Unidos mantendrá la región sumida en un caos interminable.

6. Bosnia (1992 – 1995):

Mentira mediática: La empresa estadounidense Ruder Finn y Bernard Kouchner ponen en escena supuestos campos serbios de exterminio.

Lo que supimos después: Ruder Finn y Kouchner mentían. Eran campos de prisioneros para intercambios. El presidente musulmán Izetbegovic lo reconoció.

Objetivo real: Romper Yugoslavia, demasiado a la izquierda, eliminar su sistema social, someter la zona a las multinacionales, y controlar el Danubio y las rutas estratégicas de los Balcanes.

Consecuencias: Cuatro años de una guerra atroz para todas las nacionalidades (musulmanes, serbios, croatas), provocada por Berlín y prolongada por Washington.

7. Yugoslavia (1999):

Mentira mediática: Los serbios cometen un genocidio sobre los albaneses de Kosovo

Lo que supimos después: Invención pura y simple de la OTAN, como reconoció Jamie Shea, su portavoz oficial.

Objetivo real: Imponer la dominación de la OTAN sobre los Balcanes, y su transformación en policía del mundo. Instalación de una base militar estadounidense en Kosovo.

Consecuencias: Dos mil víctimas de los bombardeos de la OTAN. Limpieza étnica de Kosovo por la UCK, protegida de la OTAN.

8. Afganistán (2001):

Mentira mediática: Bush pretende vengar el 11-S y capturar a Bin Laden

Lo que supimos después: No hay ninguna prueba de que exista la red (Al Qaeda, N. de T.). En cualquier caso, los talibanes habían propuesto extraditar a Bin Laden.

Objetivo real: Controlar militarmente el centro estratégico de Asia, construir un oleoducto que permitiera controlar el suministro energético del sur de Asia.

Consecuencias: Una larga ocupación y un gran incremento de la producción y el tráfico de opio.

9. Iraq (2003):

Mentira mediática: Sadam poseía peligrosas armas de destrucción masiva, afirmó Colin Powell a la ONU, probeta en mano.

Lo que supimos después: La Casa Blanca ordenó a sus servicios que falsificaran o fabricaran las pruebas (asunto Libby).

Objetivo real: Controlar todo el petróleo y chantajear a sus rivales: Europa, Japón, China…

Consecuencias: Iraq hundido en la crueldad, las mujeres relegadas a la sumisión y el oscurantismo.

10. Venezuela – Ecuador (¿2008?):

Mentira mediática: Chávez apoya el terrorismo, importa armas, es un dictador (el pretexto definitivo parece que todavía no se ha elegido).

Lo que ya sabemos: Ya se han vertido varias mentiras mediáticas: Chávez dispara contra su pueblo, Chávez es antisemita, Chávez es militarista… Y la satanización continúa.

Objetivo real: Las multinacionales estadounidenses quieren el control del petróleo y los demás recursos de toda América Latina. Tienen miedo de la liberación social y democrática del continente.

Consecuencias: Washington está librando una guerra global contra el continente: golpes de Estado, sabotajes económicos, chantajes, establecimiento de bases militares cerca de las riquezas naturales.

En resumen, todas las guerras van precedidas y «justificadas» por una gran mentira mediática. ¡Y nuestro inventario está muy lejos de ser completo!

Para impedir las guerras es imprescindible destapar estas mentiras mediáticas cuanto antes y de la forma más amplia posible.  ¡En la guerra de la información la verdadera fuerza es nuestra!

Javier Perez de Lema

Reporteros sin Fronteras