Ese spray , producto mágico, que de una sola pasada, eliminaba los polvos de tu oficina.,,”.
¡Y es que nunca fue tan fácil eliminar los polvos!
Los polvos en una oficina o despacho a la larga resultan incómodos, sobre todo cuando ya son tantos que resultan alérgicos. Es muy fácil caer en la desidia y dejar que los polvos se acumulen, producto del dale que te pego diario. Por mucho que se pase la aspiradora continuamente, los polvos rebeldes no desaparecen.
Y ahí es donde hay que aplicar el Spray , que de una sola pasada elimina tus polvos. De golpe pasas del polvo al brillo.
En las altas esferas los grandes jefazos, presidentes y políticos deben siempre tener a mano este sistema para eliminar las consecuencias molestas de sus polvos. Esas secretarias particulares que dejan inevitables rastros en los despachos en forma de salvajes polvos pueden resultar dañinas en el futuro, máxime cuando no se quiere permanecer estancada en el puesto y seguir la escalada empresarial.
La prensa acecha a cargos importantes con la intención de rellenar páginas con informaciones morbosas, y si el jerifalte es de alto nivel el affaire toma derroteros impresionantes, y salen a la luz todo tipo de detalles de la parada sexual. Al jefazo se le intimida y acosa con cámaras y micrófonos, y a la secretaria particular se le ofrecen entrevistas en programas de telebasura y, si está bien buena, acabará en pelota picada en las páginas centrales de nuestra revista .
Todo este escándalo se evita con el Sistema Spray , que dicho sea de paso sale por un ojo de la cara. Y es que quitar esos polvos de sopetón supone un desembolso sustancioso, que si no se liquida bien en la primera fase, puede prorrogarse en mensualidades de por vida.
Mientras más baja sea la categoría del merluzo polvero, menor será el coste del Sistema Spray , pero igualmente escandaloso, eso si. Un jefecillo o politicucho lo solventa poniendo pies en polvorosa, pasando olímpicamente de la empresa, y mandando por la sombrita…. a su parteniere-secretaria , para, una vez transcurrido algún tiempo, volver como si no hubiese pasado nada.
El polvo, los polvos, están ahí, siempre han estado ahí. En las altas y bajas esferas. En la vida civil, militar o ecuménica. Hombres y mujeres, juntos y revueltos, dando rienda a su imaginación sexual en el interior de un despacho o sacristía. Pero el problema llega cuando hay que recurrir al Sistema Spray , que te trastoca los planes. Y es que para evitar tener que recurrir a esta herramienta se debió tener cuidado antes en los despachos (tienen ventanas y se oye a través de las paredes) y en las escapaditas (siempre hay alguien que inmortalizó esos momentos en foto o video).
Por eso, y como primera medida, tanto los altos como bajos cargos, jefazos o contratados, políticos o curas, y polveros en general, optan por tomarse unos días libres, de vacaciones, con la pareja oficial (claro). Después irán asomando la cabeza poquito a poco, para ver si ya ha escampado
No hay comentarios:
Publicar un comentario