Aquí no hay playa, ni nada que se le parezca. Ni tan siquiera una pequeña extensión de arena con charco .
Hay a quien esta circunstancia le acarrea un mundo de problemas. Y es que no puede vivir sin playa, la necesita a diario. Si, y aquí no hay playa.
Para ti, para tu nueva imagen, tu nuevo look, o tu nueva vida, la playa es algo fundamental, y no es por el sol, la arena o el sapore di sale. Que no, que por eso no es. Es más por la vuelta, de la playa. Queda tan bien eso de que te digan “se te ha pegado hoy el sol”, y que respondas “es que he estado en la playa, voy todos los meses ”, aunque tan solo vas tres tardes y te parrilleas al sol para aparentar que veraneas allí.
La playa enriquece, broncea, te llena la piel de yodo. Estimula, relaja y favorece las relaciones. Pero por mucho que se broncee el retaco la formula no va a cambiar. Será igual de tonta , aunque el saco de papas volverá más turrado.
Los/as rubios/as, pelirrojos/ras aún lo tienen peor. Esos/as volverán cual crustáceo cocido, con dolor de nalgas, e incluso con algunas décimas de fiebre. Ella, por el contrario, seguirá con alta temperatura corporal .
El nuevo estilo de vida, aparte de playa, incluye nuevas relaciones sociales, que visto lo visto, aquí no encuentras, igual que con el asunto de la playa. Claro que para eso están las redes sociales, el Tuenti y esas cosas, para que encuentres el ligue deseado, que, por qué no, quizás te lleve a la playa. .
Aquí no hay playa, aunque se puede intentar con la piscina municipal, una portátil en el jardin , la charca en el río o en la calle cuando llueve .
No hay comentarios:
Publicar un comentario